Añoro la chimenea encendida
y el silencio de los gatos,
cuando la cal de las paredes
retiene lo oscuro.
Aquellas llamas
mimaron sus gestos
dieron horma a sus pies
danzaron con sus palabras.
Han llamado a la puerta,
al abrir no hay nadie.
¿Has llamado?
No hay nadie.
Tu ausencia es un pájaro
que bate sus alas tras de mi.
y en su pico trae tus manos
enguantadas con ceniza
con ceniza.
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