A media mañana, la calle de dirección única brillaba bajo el sol, por sus aceras deambulaba una multitud sin pasado. Nada hacía presagiar que esas gentes, bajo la luz del mediodía tuvieran áureas de colores:
Rojo / Anaranjado / Amarillo / Verde / Azul / Violeta
Pasión / Creatividad / Alegría / Envidia / Armonía / Reflexión
Juego y Silencio / Cadencia / Ludus quod Silentium / Ludirte iurgio
Con un simple prisma de vidrio que tragues, pueden surgir tus colores. Los ofrece en la esquina de la calle Arvo Párt. No pases de largo. Escucha su Tintinnabulum
Mientras me dejo fluir en la sinfonía de Arvo Pärt, en su sacro tintinnabulum, me adentro a través de tus letras en esa calle bañada por el sol donde la multitud discurre. Sobre sus cabezas llueven notas musicales e hilos de luz y no los perciben. Ludus y Silentium. Yin-Yang.
Solo el niño es tabula rasa. Los viejos estamos demasiado vividos y garabateados. Y todas esas vivencias se perderán en el tiempo como las lágrimas de Roy en la lluvia. Que descanse en paz ese Juan Cueto al que no muy tarde acompañaremos.
Así sea …