Antes de llover los pájaros se agitan.
Antes de llover el viento se detiene.
Ahora a los que hace un rato alborotaban, el silencio los mantiene silenciosos.
Las montañas que rodean la villa, se encaraman unas sobre otras, para mejor contemplarla reposada junto a la ria. Los mismos montes siempre.
En ellos se alzan los eternos robles y castaños, los inacabables helechos, en donde el brezo luce su escarcha violeta.
Llega ahora hasta la cumbre la agitación de la gente. Allí entre los últimos árboles del bosque las cenizas de los mayores pelean por su memoria.
Mientras el monte tan sereno, tan inmutable, nutre el murmullo de los arroyos, reclama las ausentes ovejas que pastaban en su falda.
Allí los humildes helechos, menguada prole de una pasada raza de gigantes, es vencida por los castaños. Apenas se atreven a levantar su cabeza del suelo, rodeados por los musgos que se agarran astutamente a los viejos troncos, para recuperar lo perdido.
Allí una desconocida serpiente multicolor rompe el paisaje: pasa el pelotón ciclista persiguiendo su ambición, dejando los restos de una química que destruye su propia vida.
¿S´ha fet el silenci? No, el vent xiula hostil al bosc …
© Texto inspirado literalmente en el prólogo de Miguel de Unamuno a su primera novela “Paz en la guerra” donde recrea su infancia en Bilbao durante el conflicto carlista.
Mundo de contradicciones.
Casi todo sigue igual.
Los filósofos acuden a la escritura.
👍
Tremenda perspectiva. Es una nueva invasión de los bárbaros
Geniales esos ciclistas y su quimica.
Muy melancolico Arturo
El tour no puede tener mejor homenaje. Hibridarlo con la naturaleza. 👏👏👏
Genial descripción de los bosques y el tour, pero me temo que la multitud en la recta final acabará armando algún desastre en cualquier vuelta ciclista. El verdor de los bosques es el gran aliciente.