desde el umbral de su madera vieja,
Noé se asoma al eco de los montes,
y su sombrero de girasoles
teje nostalgia en sus cabellos.
Por dónde regresó la paloma,
el arco iris se deshizo en sus alas.
Teme que el sol le haya olvidado.
El cuervo no regresó,
se ahogó en su vuelo sin tiempo.
Los animales, con ojos de hielo,
miran sin horizonte
y seis siglos sangran con Noé.
Cada huella germina,
como un grito de futuro
en la tierra que se abre
la luz eterna parpadea.
Doce acordes de blues,
doce sombras del pasado
detienen la lluvia suspendida,
susurrando entre las ramas rotas.
© Versos de Arturo Joaquin
Venti versos xustos, ni unu más ni unu menos, pa interpretar un textu de la Historia Sagrada con los güeyos de un home del sieglu XXI. Un home que demuestra ciñu por algamar la cume. Gústame.