Gritaba el capitán: ¡Arriad el foque! ¡Cuidado, el bauprés! ¡Orzad a estribor! La tormenta arreciaba.
Por encima de ella alguien suplicaba ¡un diccionario, un diccionario! Cuando un definitivo golpe de mar volcó el velero y apenas le dio tiempo a ponerse el chaleco.
Alguien, fue arrastrado por la corriente hasta una isla. Paradojas del destino, en un baúl compañero de naufragio encontró el diccionario.
Necesitaba una salida para su situación y eligió doce palabras al azar:
mar-flotar, poco- peso, suelo-planeta, trozo-queso, página-hoja, sonido-boca
Por cada pareja una nueva palabra. La primera que se le ocurrió:
barco-ligero, tierra-porción, libro-voz.
Por cada par otra y así quedaron solo tres:
velero, isla, diccionario
La primera su pasado, la segunda el presente y la tercera le presagiaba el futuro. Sería una voz más en diccionario, pero al fin y al cabo, Alguien.Pronombre indefinido que se refiere a una persona concreta cuya identidad se desconoce o no interesa precisar.
Me ha asombrado este post porque es impresionante el juego de palabras.
No tengo mucho tiempo, pero he de pasarme más por aquí.
un abrazo,
Recuerda que al pasar puedes hacer catorce paradas.
un microrrelato muy entretenido. Lo que empieza con una aventura y se va resolviendo con un ejercicio de "talleres de escritura", finaliza -con mucho acierto- en la historia -sintética- del protagonista.
Un placer leerte, un saludo, Anna
Efectivamente es un ejercicio del taller de escritura que coordina Fernando Menéndez en Oviedo.
Muy bueno Arturo.Luis Alonso
Bienvenido Luis.
La elección de las palabras es sonora y bella. Empiezas fuerte, entiendo que conoces los veleros, con los tecnicismos típicos, y luego se torna mucho más poético. Muy Bien, me ha gustado.
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