Mi gato negro y yo,
en esta lluviosa noche.
La habitación silenciosa.
Algún que otro coche
se desliza por el asfalto.
Mi gato y yo,
nos resistimos a cerrar la jornada
sin haber hecho nada,
que la justifique
que la diferencie de otras.
Quizá por esto escribo
versos como estos.
Para dejar algo de los días
que no merecen figurar
en la memoria de nadie.
En cada una de sus letras
está enhebrado el tiempo
mi tiempo, la trama de mi vida.
que se confunde
con los trazos de la alfombra.
® Versión poética de “Prosas apátridas.115” de Julio Ramón Ribeyro
Tiene un cierto regusto a tristeza…saboreada…disfrutada…