El búho ha apagado
las velas del cementerio.
El alba roba aceite a las farolas.
El frío detiene la primavera.
La ciudad bosteza en los charcos.
Todo sigue lo mismo.
Nada alumbra
al poeta camaleón.
Torpe destructor del yo
intenta construir su voz
por encima de la intuición.
La llama de lo cotidiano
espera y escucha.
Desde su oscura ausencia
pedirá paso
para alumbrar la palabra que busca.
© 2022 versos de Arturo Joaquín
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