Un paisaje árido
y la niebla helada,
bordean invisibles
el fondo de tu mensaje.
Voz cencellada,
forma del hielo sobre la hojas
bruma difuminada, blanquecina,
susurran los colores del arco iris.
Traen retazos
de lo que no fue,
suspendidos en el pulso
de lo perdurable.
Me gustaría que estuvieras aquí
sonriendo tras un suave velo,
tan frágil como la distancia
que nos contiene.
Vacío paralelo,
espejo que mira a otro espejo.
Tibia ceniza
de aquel invierno.
Frio consuelo
que intercambia cielos azules
por sombras del dolor.
Mientras, escucho de nuevo
tu breve mensaje de voz.
© Versos de Arturo Joaquín
Este poema me resulta muy nostálgico de una dolorosa relación que es rememorada a partir de un frío mensaje de voz.