Inicio 9 Poemas 9 Papiroflexia

Papiroflexia

Publicado el 22 de diciembre de 2019
Aquella mirada bajo la visera
escudriña el navegar 
del barco de papel
por el estanque del parque.
En un costado de proa 
se leía El Kapitan.
 
Busca una isla
con un palacio de cristal
por dónde las aguas
son de un gris metal.
 
Aquel niño que juega solo
hace un mes pasó la gripe.
Su madre le trajo
cartulina para plegar
por la mitad del folio
por la mitad y deshacer
hacia el centro
hacia arriba 
las esquinas hacia atrás
abrir por la mitad hacia afuera
hacia arriba y por detrás
tirar desde las esquinas y
el barco de papel 
      papiroflexeado está.
 
Mientras contaba los días 
que ha de tardar en sanar,
eligió el Playmovil de la espada
y lo nombró Kapitan.
 
Arde su mirada en fiebre 
bajo la venda con hielo
la fría penumbra le encubre
de la cruel claridad.
 
Pronto dormido estará.
 
En el sueño navegó
por frias aguas de metal 
hasta su palacio,

con torreones de cristal.


     © 2019  Texto Arturo Joaquín

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Te puede interesar

Yo canto a la tarde que se extingue y a sus dioses derrotados

Oh fuego imprescindible oh llama insaciable de este lunes cuando la inercia nada disfraza y la tarde rueda cuesta abajo otra vez bailando si bailando un sincopado swing con el hastío.   ¿Qué puede perdurar? ¿Qué debe perdurar? Cuando en el sofá se abrazan la...

A la orilla de un volcán (dos versiones)

(v.1) Primera versión de "A la orilla de un volcán"    Ahora te invoco Gurugú, desde tu orilla. A ti, que miras hacia la frontera del mar. A ti, volcán dormido con lava en la garganta, te invoco ahora Gurugú, desde tu ladera sentado y pensando a solas.   Me...

Mensaje de voz

Un paisaje árido   y la niebla helada, bordean invisibles el fondo de tu mensaje. Voz cencellada, forma del hielo sobre la hojas bruma difuminada, blanquecina, susurran los colores del arco iris. Traen retazos de lo que no fue, suspendidos en el pulso  de lo...