La Metamorfosis
Para qué demonios sirve saber que se llaman coleópteros, ¡carcoma! ¡carcoma! Los malditos bichos estaban acabando con la casa en la que había invertido todos sus ahorros, con la que pensaba dar el cambio definitivo a su vida y que, por su culpa, se le estaba deshaciendo irremisiblemente.
Pero una mañana, tras un sueño intranquilo, Gregorio Samsa se despertó convertido en un monstruoso insecto. Estaba echado de espaldas sobre un duro caparazón y, al alzar la cabeza, vio su vientre convexo y oscuro, sobre el que casi no se aguantaba la colcha, que estaba a punto de escurrirse hasta el suelo.
Entonces entendió lo que significaba su nueva vida como coleóptero.
© Texto de Milio el del Nido & Franz Kafka
Ganador:“Destino descartado”
de Gustavo Romero de la Fuente
Para qué demonios sirve saber que se llaman coleópteros. Tú simplemente escribe: «Planeta poblado por bichos similares a los escarabajos, entre tres y cuatro metros de altura. Se mueven en pelotones compuestos por una docena de individuos. Voracidad insaciable, parece que prefieren la carne al metal. Mandíbulas poderosas, la nave duró menos de diez minutos. Velocidad, unos ocho kilómetros por hora. Sospechamos que nos detectan de alguna manera porque, aunque no estemos en su campo de visión, es imposible esconderse de ellos. Son inteligentes y conocen bien la orografía: han logrado acorralarnos en un desfiladero sin salida. Destino descartado». Subraya la última frase.Y dale a enviar ya
Finalista:“Extraña pasión”
de Laura García Redondo
Para qué demonios sirve saber que se llaman coleópteros o de qué se alimentan. Dime tú la utilidad. Pero allí estaba, como ya empezaba a ser habitual, rodeado de su colección de libros de entomología. Le pregunté si veíamos una película, el silencio fue la única respuesta. ¡Qué mal le había sentado el despido! Aburrida, me fui a recoger la cocina y puse la radio como compañía. «Han hallado el cadáver del empresario desaparecido, devorado por una extraña especie de escarabajos carroñeros, muy poco frecuente en la región». La apagué de inmediato. ¡Qué manía le había dado a todo el mundo con lo mismo!
Finalista:”Un día más en el jardín”
de Alberto Moreno
¿Para qué demonios sirve saber que se llaman coleópteros?, me pregunta Sandrita. Yo no contesto. Solo sigo comiendo moras, y viendo cómo los escarabajos y los ratones corretean entre las costillas de papá. La zarzamora ha avanzado, le tapa ya medio cuerpo, y sirve de refugio para los bichos. A veces dos ratones aparecen por sus cuencas, y nosotros nos carcajeamos. Nos sale sin querer. Es como cuando papá intentó colgarse del nogal, y cayó de bruces contra la cruz de piedra de mamá. Nos carcajeamos, solo eso. Y comemos moras.
Y a veces a Sandrita le cae un churretón, y yo se lo lamo. Sabe muy dulce, Sandrita.