El eco de vuestros cascos
resuena por el suelo helado,
dónde la tierra está enferma,
hay un bosque desmochado.
Buscáis hierba en la ceniza,
vida oculta que os han quitado.
Prados verdes, ríos limpios
un aire no envenenado.
Desde estepas de Mongolia
sin un alto habéis llegado
Vuestro origen se dibuja
en cuevas, siglos guardado.
Ahora, nuestra tierra es vuestra,
pues la hemos abandonado.
Donde un día hubo canciones.
Ahora, todo está callado.
Y sin embargo, seguís
en círculos deambulando,
entre torres oxidadas,
entre ruinas del pasado.
Caballos de Chernóbil
que habitáis un tiempo raro,
Vuestro galope es un grito.
Un futuro malhadado.
© versos de Arturo Joaquín
En el “Día de los Inocentes” del 2024 partiendo de algunos versos míos, he iniciado un proceso de trabajo sobre ellos con el ChatGPT, para ordenarlos y darles una estructura de romance que como es sabido se estructura en versos octosílabos rimados en asonante en versos pares.
Espero que el resultado final sea de vuestro agrado.
Estos versos tan logrados
Obra de mi amigo Arturo
Salen hoy de su intelecto
En un día muy oportuno.
Después de releer el poema púseme a trastiar por Google viendo fotos de Chernobil y parez que a la naturaleza la radiación siéntai como dios ¡Qué lujuria! Va unos años, perante el Maratón de los Cuentos de Guadalajara, en el Palacio del Duque del Infantado, en una recepción a los cuentistas invitaos punxéronnos a los cuenteros unes cereces de unos árboles aledaños a la central de Zurita, riques como nun había tastiao en mi vida, gordes y sabroses que daba gloria. Pa mí que la radiación ye selectiva, que machaca a los humanos, porque sabe que somos los que la estamos liando, pero respeta al resto, que nun tien culpa.
Igual ye más lista de lo que parez.
Milio