Hoy, setecientas palabras graves,
lejanas al imperativo sajón,
desafían al olvido,
sellando versos con aromas
de voces errantes,
viviendo, lejos de órdenes,
ajenas a instrucciones.
Solo se entregan al viento,
como un susurro
que roza mis oídos.
Hoy, me es posible,
youtubear a Santa Teresa.
Perdida entre la niebla digital,
su voz recorre, suave,
paisajes áridos de fe,
como plegaria olvidada
de palabras que no tiemblan.
Hoy, el móvil me llama,
voz vana que promete
más de lo que puede dar,
ofreciendo monedas digitales,
como si la redención
se escondiera en un código QR
y embalada en píxeles fríos,
se pudiera vender al mejor postor.
Hoy, en medio de todo,
las setecientas palabras graves
permanecen firmes, como piedras,
sin dueño, sin prisa,
sin más destino que ser,
piedras saltando sobre el agua,
que dejan tras de sí
ondas en la memoria
de lo que jamás perdura.
© Versos de Arturo Joaquín
Un poema evocador que juega con la transitoriedad de lo digital y lo eterno de las palabras, donde lo efímero de la tecnología se enfrenta a la solidez de la poesía y la tradición. La yuxtaposición de la voz de Santa Teresa con el llamado del móvil resalta el contraste entre lo espiritual y lo contemporáneo. La imagen de las “setecientas palabras graves” como piedras en el agua es especialmente poderosa, pues refleja cómo las palabras, aunque parecieran insignificantes o olvidadas, dejan huellas en la memoria.
Los versos del poema “Setecientas palabras graves” surgen al saber que la Real Academia Española de la Lengua (RAE) recoge mas de noventa y tres mil palabras, de las cuales cerca de diecinueve mill son americanismos. El hablante común utiliza regularmente entre cinco y siete mil palabras, mientras que en la comunicación diaria se emplean unas trescientas.
Nuestro idioma tiene entre un setenta y ochenta por ciento de palabras llanas o graves, aquellas cuya sílaba tónica recae en la penúltima posición. Estas pueden tener dos o más sílabas.
Siendo optimista, y considerando que unas mil palabras son de uso frecuente, las graves representarían aproximadamente setecientas. A ellas dedico este poema, pues a menudo me facilitan la métrica de los versos.
Genial!!!
Ondas en la memoria de lo que jamás perdura. Excelente poema de Arturo Joaquín, consolidando su escritura de los paisajes habitados por el hombre que siempre observa. Aquí nos gusta como mira el paisaje de las palabras corrientes o extraordinarias de nuestra lengua española, partiendo de su estudio del idioma al que honra. Enhorabuena, Arturo, por tu página y tus palabras.
Sé que siempre estás ahí, leyendo con interés e indulgencia mi cosas. Te lo quiero agradecer especialmente.
Ye un gustu ver como uses les palabres con sentidu constructivu en unos tiempos nos que lo normal ye disparales como obuses contra l’enemigu.