Celebro la sedición
de mirarme como un espejo
contemplándome ebrio y arrogante
al orquestar mi revolución.
Siembro su noche con fuego
y después de apagar las hogueras
dibujo muecas de sarcasmo en la ceniza.
Un caballo de hielo por mis venas
atraviesa mis ojos de vidrio
y sonríen mis pies.
Reptiles de nubes habitan mi deseo
por un jardín de ámbar
cruzo con el vómito, la euforia y el placer
sin anunciar un siglo nuevo
ni desear que mis palabras sean frutos.
Desnudo con los jirones de mi revolución
ahora, en solitario vagar
voy oscuro mascullando derrotas
por la senda del mar que se hizo piedra para aquel pescador.
Versión primera
En otro tiempo celebraron la sedición
de mirarse a si mismos como espejos
contemplándose ebrios y arrogantes
cuando orquestaban su revolución
en otro tiempo sembraban la noche con fuego
y después de apagar las hogueras
dibujaron muecas de sarcasmo en la ceniza
y cuando un caballo de hielo por sus venas
atravesó sus ojos de vidrio
creyeron que los pies les sonreían
reptiles de nubes habitaron su deseo
galoparon por un jardín de ámbar
cruzaron los vómitos, la euforia y el placer.
Nunca supieron anunciar un siglo nuevo
ni desearon que sus palabras fueran frutos,
desnudos estaban con los jirones de su revolución.
Ahora, en solitario vagar
van oscuros, mascullando derrotas
por la senda del mar que se hizo piedra para aquel pescador.
© 2021 Versos de Arturo Joaquín
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