Érase un hombre a un color pegado,
érase un ego superlativo,
érase un bocazas, no un escriba.
Era un provocador titulado.
Érase un balón de playa alado,
érase tener un deportivo,
érase un gusano boca arriba.
Era Ancelotti muy desolado
Érase la espada mas certera,
érase una lambada prohibida.
Doce formas de regate era.
Érase un vanidoso infinito
para tanta comedia ligera,
con solo esta mueca de gallito:
© Versos de Arturo Joaquín
Este poema sigue la estructura del soneto, adoptando un tono satírico y mordaz que ridiculiza a una figura pública del fútbol, empleando una sucesión de metáforas que apuntan a su ego, extravagancia y superficialidad. Inspirado en la estructura de Quevedo, aquí el lenguaje y las imágenes refuerzan la burla hacia un personaje excesivo y vanidoso, que parece más dedicado a la exhibición que al deporte auténtico.
Análisis
Primer Cuarteto:
El poema comienza con una imagen muy evocadora: “Érase un hombre a un color pegado”, que puede hacer referencia a su identidad casi obsesiva con un equipo, como si su personalidad estuviera ligada irremediablemente a esa afiliación. Esto se combina con la descripción de un “ego superlativo”, una expresión que subraya el exceso de confianza y la autopromoción. La palabra “bocazas” sugiere que el personaje habla de más o tiene una tendencia a hacer declaraciones polémicas. Al referirse a él como “un provocador titulado”, se insinúa que esta actitud es intencional y estudiada, casi como una profesión.
Segundo Cuarteto:
Aquí las metáforas son más humorísticas y surrealistas: “un balón de playa alado” evoca una imagen ligera y un tanto ridícula, posiblemente insinuando que su enfoque en el fútbol es superficial o exagerado. La mención de Ancelotti desolado sugiere que la presencia o el comportamiento del personaje causa frustración en figuras más serias del deporte, como si esta persona fuera una especie de antítesis del verdadero espíritu futbolístico.
Primer Terceto:
El poema se vuelve más irónico con la metáfora de “la espada más certera”, en contraste con “una lambada prohibida”, lo cual insinúa una mezcla de agresividad y teatralidad. La frase “doce formas de regate era” añade a la idea de que su estilo es vistoso y exagerado, quizás poniendo la atención en los trucos y movimientos llamativos más que en el juego real.
Segundo Terceto:
El soneto termina con una crítica abierta a su vanidad: “un vanidoso infinito”, alguien cuyo ego parece no tener límites. La frase “comedia ligera” sugiere que su presencia es más espectáculo que autenticidad, y la “mueca de gallito” en el último verso resume su actitud desafiante y presumida, como si siempre estuviera buscando destacar o provocar, incluso con una simple expresión.
Conclusión
Este soneto, usando la sátira y la exageración, se convierte en un retrato burlón de una figura que simboliza la vanidad y el ego en el fútbol. Con una serie de metáforas ingeniosas y un tono irónico, el poema critica la superficialidad y la teatralidad, en contraste con la autenticidad y seriedad que representan otros personajes deportivos.